Receta tradicional de pestiños caseros con miel o azúcar y canela
Ingredientes para unas 24 unidades
- 250 g de harina de trigo de repostería.
- 50 ml de aceite de oliva.
- 50 ml de agua.
- 80 ml de vino blanco.
- 2 cucharadas de postre de semillas anís o matalahúva, o incluso semillas de sésamo.
- 1/4 de cucharadita de postre de sal.
- La piel de 1 limón.
- 1 rama de canela.
- Abundante aceite para freír.
- Para decorar puedes utilizar una de estas dos opciones o hacer mitad y mitad:
- 50 g de miel y 1 cucharada sopera de agua.
- Azúcar y canela, cantidad al gusto.
Estos duces son una auténtica delicia y cuando se preparan en casa quedan riquísimos, con su particular textura crujiente y su toque a anís. Eso si, para darle el punto dulce se suelen bañar en miel o en una mezcla de azúcar y canela. Sigue la receta paso a paso para elaborarlos de forma sencilla y tenerlos listos en tan solo una hora, con 30 minutos de reposo de la masa. Además descubre cómo aromatizar el aceite con limón y canela.
Preparación, cómo hacer pestiños
- Lo primero que vamos a hacer es aromatizar el aceite. Para ello pon el aceite en un cazo junto con la piel del limón (intenta que no lleve apenas parte blanca porque amarga un poco) y la rama de canela, y ponlos a fuego muy suave durante 10 minutos. Aparta el cazo del fuego y deja que se enfríe.
- Pon encima de un bol un colador y echa la harina para que pase a través de él (coge el colador y ve dándole golpecitos para que caigan en el bol). A este proceso se llama tamizar y sirve para que quede sin grumos ni apelmazamientos.
- Añade el agua, el vino blanco, el aceite sin la piel de limón ni la rama de canela, la semillas de anís o de sésamo y la sal y mezcla con una cuchara.
- Cuando la masa haya absorbido los líquidos amásala con las manos o con un robot amasador durante unos 5 minutos, y no te preocupes si no queda homogénea, como ves en la fotografía con que tenga este aspecto ya estará bien.
- Dale forma de bola, vuelve a dejarla en el bol, tápala con un paño o con papel film o incluso un gorro de ducha y déjala reposar 30 minutos a temperatura ambiente.
- Pon la masa sobre papel vegetal y estírala con un rodillo hasta que esté bastante fina. Si al estirarla ves que vuelve a contraerse un poco, déjala reposar 5 minutos y sigue con el proceso.
- Corta la masa en cuadrados del tamaño que prefieras, en este caso me han salido 24.
- Dobla las esquinas en diagonal, presionándolas un poco para que queden selladas.
- En una sartén honda o cazo echa abundante aceite, pon el fuego fuerte y cuando el aceite esté bien caliente (sin que llegue a humear), ya lo tienes listo para freír los pestiños. Si tienes un termómetro de cocina podrás medir la temperatura del aceite y empezar a freír cuando llegue a 170ºC, y si no siempre puedes echar un pestiño, si se quema rápidamente es que está muy fuerte el aceite y si burbujea poco es que le falta un poco de temperatura.
- Prepara un plato con papel de cocina encima para ir dejando encima los pestiños cuando estén fritos.
- Ve friendo tandas de pestiños, en mi caso he ido friendo 5 o 6 a la vez, no más para que la temperatura del aceite no bajara y no estuvieran unos encima de otros.
- Ve moviéndolos un poco con la espumadera para que se cocinen por todas partes, aunque verás que se resisten a que les des la vuelta pero no pasa nada. Cuando estén dorados sácalos con la espumadera escurriendo bien el aceite y ponlos en el plato con papel. Suelen tardar 3-4 minutos, aunque depende de la temperatura del aceite y del tamaño y grosor que tengan.
- Antes de que se enfríen deberás rebozarlos. Si los quieres con azúcar y canela, mezcla en un plato hondo azúcar y canela y pásalos por ahí, que se impregnen bien.
- Si prefieres miel, pon la miel junto con el agua en un bol y caliéntala durante unos segundos en el microondas o en un cazo y en cuanto veas que está más líquida ya la tienes lista. Ve bañando los pestiños en ella y ponlos sobre una rejilla con un plato debajo para que escurran y se sequen bien sin pegarse unos a otros.
Tiempo: 1 hora
Sirve y degusta
Los pestiños están buenísimos recién hechos e incluso calientes, de hecho mientras estoy friendo las tandas en cuanto algunos están un poco más templados suelo ir probándolos, aunque no estén aún bañados o rebozados, y la verdad es que están riquísimos. Aún así, fríos están fenomenales e incluso al día siguiente, si no los has dorado en exceso, todavía estarán crujientes y muy ricos (si los doras demasiado pueden ponerse duros). Consérvalos en un recipiente cerrado a temperatura ambiente una vez estén fríos, aguantan muy bien al menos hasta el día siguiente (diría que más días pero no he llegado a comprobarlo, ¡en casa vuelan!).
Caseros están increíbles, con ese toque tan particular de las semillas, su textura crujiente y ese baño de miel o la mezcla de canela y azúcar que les da el toque dulce definitivo. Es un dulce tradicional de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Lo más tradicional es añadir a la masa semillas de anís o matalahúva, pero con semillas de sésamo quedan buenísimos y también puedes incorporar unas gotitas de aroma de vainilla o utilizar también piel de naranja para aromatizar el aceite junto con la piel del limón y la rama de canela.
También, si los vas a bañar con miel, puedes reservar las semillas de sésamo para echarles en vez de en la masa sobre los pestiños ya fritos y bañados en miel, se quedarán pegadas y les dará un toque crujiente genial y también decorativo.
Consejos
Un buen truco para empezar a amasar siempre es mezclar los ingredientes con una cuchara porque así no nos pringamos desde el principio y, con masas como ésta que no quedan pegajosas, en cuestión de un minuto ya podemos manejarla y amasarla con las manos de forma muy sencilla.
Igualmente hay que tener en cuenta que si queremos estirar una masa y tiene mucha tensión, ya sea por el tipo de harina o el amasado, es mejor dejarla reposar unos minutos y volver a intentarlo después. De todas formas, esta masa concretamente da muy pocos problemas y se deja estirar fina enseguida.