Fresas con vinagre balsámico y queso en vasito

Es una auténtica delicia utilizar frutas para los postres, sin duda la forma más sana de endulzar los platos. Además aportan su particular textura, aromas y sabores, y lo que más me gusta es que existen muchas formas de prepararlas realmente sencillas.
Estos vasitos de fresas con vinagre balsámico y queso son un postre realmente sorprendente por los contrastes de sabores y texturas que incorpora. Por un lado, las fresas se maceran con azúcar y vinagre, pero en el resultado final apenas se nota la acidez de este ingrediente; por otro lado, la mezcla con las capas de queso y sobre todo el toque de la pimienta son las que hacen que cada bocado sea una explosión de sabor y matices.
Si te gustan los postres con fresa, no te pierdas nuestra espectacular tarta de fresas con masa quebrada y coulis de fresa, puede ser una buena ocasión para elaborar tu coulis y utilizarlo. Si prefieres una receta sencillísima, decántate por el crumble de fresas.
Y si disfrutas de los postres elaborados con frutas, no dejes de preparar la famosísima Apple Pie o tarta de manzana americana 100% casera, todo un espectáculo. Otra tarta de manzana preparada con manzana es la clásica tarta tatin de manzana, una curiosa tarta que se prepara de forma invertida. Y cuando sea la temporada de cerezas, recuerda preparar nuestra tarta de cerezas americana o Cherry Pie.
Ingredientes para la receta de fresas con vinagre balsámico y queso (4 vasitos):
- 400 g de fresas (lo ideal es que no estén ni verdes ni maduras).
- 4 cucharadas de postre de azúcar.
- 2 cucharadas soperas de vinagre.
- 200 g de queso (fresco, requesón, cremoso… a tu gusto).
- Pimienta negra recién molida.
Preparación, cómo hacer fresas con vinagre balsámico y queso:
- Lava las fresas, déjalas que escurran, sécalas y quítales el rabito verde.
Fresas y el queso que vamos a utilizar: mató del Pirineu
- Pártelas en trocitos a tu gusto, a mi me gustan pequeñitos.
- Ponlas en un bol y añade el azúcar y el vinagre. Remuévelo todo bien, tápalo con film y déjalo reposar en la nevera al menos una hora (aunque mejor aún dejarlas macerar 2-3 horas).
Preparando el macerado de las fresas con el vinagre balsámico
- Ya solo nos queda montar los vasitos: echa un poco de queso en el fondo.
Montando los vasitos con fresas y queso
- A continuación, una cuarta parte de las fresas en cada vasito, y un poco más de queso.
Terminando de montar los vasitos de fresas con vinagre y queso
- Por último, espolvorea con pimienta negra recién molida (a mi me gusta moler a la vez 4 tipos de pimientas: negra, blanca, verde y rosa).
Fresas con vinagre balsámico y queso en vasito
Tiempo: 10 minutos y 1 hora de reposo.
Dificultad: fácil
Sirve y degusta:
Mantén los ingredientes en la nevera, y cuando llegue el momento de servirlos, monta las capas de los vasitos y a la mesa. La idea es que los ingredientes estén bien fresquitos, aunque también puedes tenerlos a temperatura ambiente para que no estén fríos, esto depende de tu gusto y de la época del año.
Te va a sorprender el contraste de sabores, sobre todo el toque de la pimienta, y verás que apenas se nota el ácido del vinagre, de hecho es posible que tus comensales no adivinen que incluye este ingrediente 😉

Vasitos de fresas con vinagre balsamico y queso
Variaciones de la receta de fresas con vinagre balsámico y queso:
Puedes triturar galletas y poner una capa de ellas antes del queso, de esta forma se parecerá en estructura a una tarta de queso, pero en formato vasito.
Puedes utilizar azúcar blanco o moreno, y el vinagre que prefieras, aunque te recomiendo el balsámico. Y en cuanto a la pimienta, aunque para mi gusto le da un toque perfecto, si no te gusta puedes sustituirla por granos de pimienta rosa (que pica muy poco y aromatiza mucho), o directamente optar por mezclar las fresas con un poquito de canela, jengibre en polvo o extracto de vainilla.
Consejos:
Utiliza las fresas en el punto que que prefieras, a mi me gustan más tirando a verdes que maduras. Piensa que con la maceración se reblandecen un poquito.
Si quieres que sea un postre fresquito, mantenlo en la nevera hasta el momento de servir. Eso sí, monta las capas justo antes de sacarlos a la mesa, para que no se mezclen las fresas y el queso en exceso, ya que el contraste es de lo mejor de la receta.