Al pensar en masa, a todos se nos viene automáticamente a la cabeza la del pan. Sin embargo, existe todo un mundo alrededor de las masas y, aunque estamos acostumbrados muchas veces a comprarlas ya hechas para tan sólo tener que hornearlas, lo cierto es que es un auténtico gustazo prepararlas caseras.
Amasar es uno de los grandes placeres de la cocina, y el horno se encarga de hacer el resto con masas no solo para pan, sino masas de pizza, hojaldres rellenos, las empanadillas al horno (todo un descubrimiento de sabor y ahorro de aceite y calorías!) o la masa quebrada (también llamada pasta brisa).
Incluso de los panes, además de las clásicas barras y panes redondos, en casa queda delicioso el pan de molde (blanco, integral, con cereales…), las focaccias (panes típicos italianos) o el exótico pan de pita.
Y más allá del horno y las masas muy trabajadas, la pasta fresca, los crepes o los blinis son tres buenos ejemplos de masas que no necesitan horno y que se pueden utilizar al gusto, o incluso los novedosos bagels, ideales para un desayuno o merienda, que además del horno necesitan ser cocidos previamente.
Toma nota y comienza a elaborar estas masas de… ¡escándalo!