Chuletas de cordero lechal glaseadas con miel y vino tinto
Ingredientes para 4 personas
- 1 kg de chuletas de cordero lechal, aunque también puedes utilizar chuletas de cordero que no sea lechal y cocinarlas de la misma forma.
- 60 g de miel.
- 60 ml de vino tinto.
- Una ramita de romero fresco o seco.
- Un poquito de jengibre fresco, cantidad similar a la de medio ajo de tamaño medio rallado (opcional).
- 20 ml de salsa de soja.
- Como guarnición he servido una ensalada con diferentes lechugas y brotes y unos rabanitos en rodajas.
- Aceite de oliva, pimienta negra recién molida y sal en escamas.
Es una opción ideal para comer estas chuletillas yendo más allá de asarlas a la brasa. El glaseado hace que la carne quede con un toque dulce y muy brillante, súper apetecible como podéis ver en las fotografías. De guarnición nada mejor que algo ligerito como una ensalada aunque también le va genial un puré de patatas o unas verduras a la plancha.
Preparación, cómo hacer chuletas de cordero
- Saca las chuletillas de cordero lechal de la nevera al menos media hora antes de prepararlas para que estén a temperatura ambiente en el momento de cocinarlas.
- Empieza preparando el glaseado. Para ello pela un trozo de jengibre, rállado y ponlo en un cazo junto con un poco de aceite a fuego suave.
- En cuanto haya pasado un minuto y antes de que el jengibre se dore, sube el fuego para que esté alto y añade el vino tinto.
- Espera a que se evapore el alcohol (suele tardar 2-3 minutos) y entonces baja el fuego para que esté suave e incorpora la miel junto con la salsa de soja y la ramita de romero, remuévelo todo bien y deja que se siga cocinando lentamente para que espese y se convierta en una especie de caramelo oscuro. Yo normalmente lo dejo unos 10-15 minutos y si veo que se espesa demasiado le añado un poquito de agua.
- Pon una sartén o plancha a fuego alto con un poco de aceite de oliva y, cuando esté bien caliente, coloca encima las chuletas junto con un poco de pimienta negra recién molida y sal y cocínalas hasta que estén doradas por debajo. Después dales la vuelta y cuando estén listas resérvalas si tienes que hacer varias tandas.
- Pon todas las chuletas de cordero lechal en la sartén, vierte el glaseado por encima, pon el fuego suave y ve moviéndolas para que se impregnen bien por ambos lados. Lo que suelo hacer es estar con una cuchara recogiendo el glaseado y echándoselo por encima a la carne.
- Cuando esté bien brillante y hayan pasado unos 5 minutos, ya tienes listas las chuletillas.
- Prepara tu guarnición, te recomiendo que sea sencilla y ligerita ya que las chuletillas glaseadas son contundentes. Yo he mezclado lechugas de varios tipos y algunos brotes con rabanitos en rodajas y un sencillo aliño de aceite de oliva virgen extra y sal.
Tiempo: 25 minutos
Sirve y degusta
Coloca en los platos de los comensales la guarnición mientras estás cocinando las chuletillas de cordero. Una vez las tengas listas puedes sacar la sartén o plancha al centro de la mesa sobre un salvamanteles y desde ahí ir repartiendo las chuletas en los platos o bien servirlas en los platos antes de sacarlos a la mesa. En todo caso lo más importante es que estén en la mesa rápidamente porque es una carne que se disfruta muchísimo si está recién hecha y caliente.
Ah, y no olvides un poquito de sal en escamas por encima. Para utilizar el glaseado que haya podido quedar en la sartén, una vez repartidas las chuletillas puedes ponerlo en un pequeño recipiente con una cuchara al centro de la mesa para que quien quiera más se pueda servir. Verás que el resultado es de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Partiendo de preparar las chuletas a la plancha, puedes elaborar la guarnición y salsa que más te gusten, prescindiendo del glaseado. Con un clásico puré de patatas y salsa de champiñones estaría de muerte, o con unas verduras a la plancha y una salsa de mostaza y miel… ¡qué hambre me está dando de pensar en todas las posibilidades!
Consejos
La carne de cordero conviene dejarla en un punto medio de cocinado, pero siempre doradita por cada lado. Ni muy hecha porque perdería jugosidad, ni muy cruda porque estaría un poco «chiclosa», los expertos dicen que el centro de la pieza debe alcanzar 58º, aunque os aconsejo que os guiéis por vuestra intuición. Personalmente este tipo de piezas las cocino a fuego alto y en cuanto se han dorado bien por un lado les doy la vuelta y lo mismo por el otro lado, os aseguro que quedan perfectamente cocinadas y jugosas.
La diferencia entre chuletas de cordero lechal o no lechal está en que las lechales tienen un sabor más suave y su carne es más tierna, en cambio los corderos que no son lechales ofrecen una carne con un sabor muy potente y, aunque no es tan tierna como la lechal, sigue siendo jugosa y muy agradable de comer.
Me encanta la carne de cordero!!! Tiene muchas calorías y grasa.?Yo elimino cualquier otra grasa que se le vaya a añadir a la Receta!!!
Hola Elizabeth! Es una carne riquísima aunque también grasa pero de vez en cuando está genial comerla 😉
Un saludo!