Aprende cómo hacer nata montada casera, muy fácil y con trucos
Ingredientes
- 500 g de nata líquida para montar con un mínimo de 35% de materia grasa. Tenla en la nevera hasta el momento de utilizarla.
- Azúcar glas. A mi me gusta muy poco dulce y con 1 cucharada sopera o 2 de azúcar glas es suficiente, pero si quieres que tenga sabor dulce añade unos 80 g.
Se trata de un básico que te recomiendo dominar para así tener la libertad de rellenar o decorar tus postres con una deliciosa nata montada casera y olvidarte así de la que venden ya hecha y cuya textura e incluso sabor deja mucho que desear.
Cómo hacer la receta de nata montada
- Es imprescindible que la nata tenga al menos 35% de materia grasa y que esté en la nevera hasta justo antes de que la utilices.
- También es bueno que el bol que vayas a utilizar lo dejes en la nevera media hora antes de montar la nata. En cuanto al tamaño, que sea alto (no como el mío, me quedó un poco justo pero lo cogí así para que se vieran bien las fotografías) para que no salpique fuera durante el proceso.
- Si la nata está en brick ábrelo por completo por la zona superior con unas tijeras.
- Saca el bol de la nevera y vierte en él la nata.
- Empieza montarla con unas varillas eléctricas o con un robot amasador a velocidad alta. Verás que tiene el mismo aspecto durante varios minutos pero poco a poco se irá viendo más densa.
- El proceso total puede durar entre 5 y 10 minutos aproximadamente. Conforme veas que la nata ya hace surcos añade el azúcar glas y sigue montándola.
- En cuanto los surcos que hacen las varillas en la nata se queden fijos ya estará montada. Puedes comprobarlo cogiendo un poco de nata con una cuchara y también probándola, debe estar bastante firme. No sigas batiendo porque si te pasas de batido empezará a separarse el suero de la grasa y lo que obtendrás será mantequilla.
- Una vez montada pásala a un recipiente cerrado y guárdalo en la nevera hasta el momento de usarla.
Tiempo: 10 minutos
Sirve y degusta
Recién montada ya puedes utilizarla como prefieras y para conservarla ponla en un recipiente cerrado en la nevera, aguanta perfectamente 2-3 días. Viene genial como relleno de dulces, por ejemplo profiteroles o para crear capas entre varios bizcochos de una tarta, y también como cobertura de tartas o para acompañar frutas, siendo un clásico las fresas con nata y que en este caso ha sido nuestra opción para degustar la nata montada en casa.
Su textura firme y espesa y su característico sabor hace que la nata montada sea un recurso de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Si quieres aromatizarla un poco puedes hacerlo una vez montada. Es en ese momento cuando puedes añadir un poco de ralladura de cítricos (naranja, limón, lima, pomelo…), especias como la canela o el cardamomo, esencia de vainilla o incluso un poco de cacao puro en polvo. Para mezclarlos hazlo con una lengua de cocina para repartirlos bien pero procurando no batir en exceso para que no se baje.
Consejos
No te pases de tiempo montando la nata ya que si se bate mucho puede pasarse y convertirse en mantequilla. Si eso te sucede, ¡no la tires! Sigue batiendo y obtendrás una mantequilla casera deliciosa. Resumiendo un poco el proceso, cuando claramente hayas conseguido grumos de mantequilla y aparte suero de leche, pásala a un bol y lávala con agua fría, cambiando el agua varias veces hasta que quede clara. Después, ponla sobre un colador o sobre una gasa y apriétala bien para que se quede sin nada de líquido, y ya la tienes lista. Consérvala en la nevera durante 3-4 días y también la puedes congelar. Ten en cuenta que si le has echado el azúcar estará un poco dulce por lo que lo más sencillo es congelarla y usarla cuando necesites mantequilla para algún postre. De todas formas si le has añadido poco azúcar puedes echarle un poco de sal durante el proceso de batido y así contrarrestarlo un poco.
Para utilizar la nata en decoraciones no hay nada mejor que colocarla en una manga pastelera con la boquilla que prefieras. De hecho si tienes claro que ese va a ser su uso para guardarla puedes directamente colocar la boquilla en una manga pastelera, ponerle una pinza por encima de la boquilla, echar la nata y cerrar con otra pinza. Consérvala así en la nevera hasta el momento de utilizarla.